Día de la Mujer: El desafío de construir identidad

08 Mar 2018

 

En 2016, por primera vez en la historia de la Universidad de Chile, ingresaron más mujeres que hombres a esta casa de estudios para realizar sus estudios superiores. Este hito, nos recuerda que en la década del 60 existían sólo 8 mil profesionales universitarias y que recién en 1949 se concedió en Chile el derecho a voto femenino para las elecciones presidenciales y parlamentarias.

¿Cuánto han avanzado las mujeres en estos últimos 70 años? Las cifras entregadas por el Foro Económico Mundial en 2017 nos impiden construir una mirada complaciente. En ese estudio Chile ocupa la posición 119 de 144 países evaluados en el índice de participación y oportunidad económica para las mujeres, la peor en América Latina, sólo superada por México.

Esta realidad posee un correlato en el mercado laboral. Según cifras de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), de las 3.250.536 mujeres que se encuentran ocupadas, el 50% gana el sueldo mínimo, sólo el 15% más de 500 mil y 3,9% sobre $1 millón.

La principales razones que explicarían la participación de un 34% en el mercado laboral, son: la poca cooperación en la crianza de los niños, bajo acceso a estudios y sostener la responsabilidad, socialmente arraigada, de cuidar a la familia.

Agentes de cambio

A pesar de este contexto desafiante, la curva de cambios que se están gestando en la sociedad actual nos permite mantener una mirada positiva sobre el futuro. La noticia que da inicio a este artículo nos muestra como hoy el acceso a los estudios superiores se ha transformado en un factor de igualdad entre mujeres y hombres y ello nos permite proyectar un futuro con mejor participación en el mercado laboral y mejores ingresos.

Para las mujeres que actualmente participan en los distintos sectores productivos del país, el desafío va más allá: asumir su rol de agentes de cambio.

Según las investigaciones realizadas por Tammy Heerman, SVP Leadership Transformation de Lee Hecht Harrison (LHH), muchas de las barreras que existen en el desarrollo de carrera de una mujer comienzan por la estructura de pensamiento o mindset que ellas mismas poseen.

Partiendo de la base que existe una manera distinta de hacer las cosas, muchas profesionales son consideradas menos estratégicas porque diluyen sus éxitos en el resto del equipo y se encuentran muy enfocadas en el desarrollo de tareas, descuidando los aspectos relacionales de sus carreras (comunicación con los grupos de interés, búsqueda de mentores, estructuración de conversaciones de valor para la organización, entre otros).

A juicio de la Gerente General de LHH Chile, Carolina Riquelme, estos aspectos tienen un arraigo social más profundo de lo que aparentan. “Debemos pensar en los logros que construimos en las organizaciones, eliminando los prejuicios que tenemos incorporados sobre nuestro desarrollo de carrera. Los estudios que ha realizado nuestra marca muestran que muchas veces las mujeres, teniendo la experiencia, las habilidades y las competencias, no postulan a posiciones más desafiantes porque piensan que no están hechas para ellas. Pero cuando lo hacen, ¡tienen éxito!”.

Cambio cultural

Cuando las organizaciones reclutan a sus talentos ¿están incorporando los criterios de diversidad que faciliten la formación de equipos con una mentalidad amplia en la compañía?

En muchas ocasiones, las empresas confunden la búsqueda de calce cultural e inclusión con la reafirmación de los prejuicios de quienes se encuentran a cargo de los procesos. Al respecto, Tammy Heerman señala que “dado el fracaso de las iniciativas de diversidad en general, deberíamos preguntarnos si los programas de desarrollo y tutoría centrados en las minorías solo sirven para reforzar los estereotipos sobre quién tiene éxito y quién fracasa. Parece que alguien a quien a menudo se le recuerda que es diferente, a pesar de comenzar en pie de igualdad, puede dejar de funcionar en el óptimo de su rendimiento».

Para revertir esta situación es fundamental abandonar la perspectiva de minoría sobre los asuntos de género e incorporar miradas diversas que estén presentes en los requerimientos que cada organización posee para conseguir el cumplimiento de sus objetivos.