Los errores más comunes en la desvinculación de empleados

Son muchas las organizaciones que tienen la mejor voluntad y buenas intenciones a la hora de finalizar la relación laboral con sus empleados pero, por diversos motivos, cometen errores que hacen que este difícil proceso se torne en algo traumático para todas las partes involucradas.

24 Nov 2016
Son muchas las organizaciones que tienen la mejor voluntad y buenas intenciones a la hora de finalizar la relación laboral con sus empleados pero, por diversos motivos, cometen errores que hacen que este difícil proceso se torne en algo traumático para todas las partes involucradas.

Compartiré con ustedes algunos de los peores errores que he visto con la esperanza de que no se repitan ni permita que nadie de su entorno los cometa.

Desvincular empleados es un proceso difícil y delicado. Sin embargo, muchos incurren en conductas que dañan la dignidad y la autoestima de quienes se quedan sin trabajo, afectando su capacidad para afrontar el desempleo y generando reacciones potencialmente dañinas. Uno de los efectos colaterales de comunicar de mala manera la desvinculación es la pérdida de imagen de la empresa: se pierde la confianza, se generan rumores y causa incertidumbre entre los que quedan que ven en este proceso el reflejo de lo que podría ocurrir con ellos.

1. Preparación y respeto

Se debe ser extremadamente cuidadosos y tener en cuenta el impacto que este tipo de noticia genera como, así también la probable reacción. Uno jamás debe suponer que porque lo ha hecho antes, este proceso puede tomarse a la ligera y hacerse “así no más”. Hay que demostrar empatía y humanidad.

2. Evitar culpas y acusaciones

Hay quienes en pleno momento de la desvinculación, cargan de culpa a la persona, justificando su salida, señalando errores y carencias que, lo único que logran es desvalorizar a la persona. Deberían considerar que es bastante duro recibir esa noticia como, para colmo, ofender y minar la autoestima en su momento de mayor fragilidad. Es tarde para defenderse y uno está en clara desventaja.

3. Eludir responsabilidad

El mundo empresarial está plagado de jefes que prefieren evadir la tarea de comunicar el fin de la relación laboral por falta de preparación, temor o cobardía, y delegan esta responsabilidad en RR.HH.

4. Objetivos definidos

Toda falta de definición genera incertidumbre y, en el caso de una desvinculación, es hasta penoso. No se pueden dejar pasar días o semanas hasta informar los pasos a seguir. Hay cuestiones legales y económicas, (además de las condiciones emocionales) que deben coordinarse y desarrollarse en forma ordenada y respetuosa.

5. Evitar la técnica “Reality Show”

Eso de despedir de a uno y de a poco al igual que en los programas de TV, con la intención de que “no se den cuenta”, es contraproducente: genera pánico. Todos creen que pueden ser el próximo en caer.

6. Crear supuestas “evaluaciones de rendimiento” que no pasaron

destruirá no sólo su marca personal, sino su autoestima.

7. Evitar el destrato

Perseguir a la gente y tratarlos con total desconfianza a partir del despido, cual si hubieran cometido un ilícito o se convirtieran en repentinos delincuentes, ofende muchísimo.

8. Nunca despedir por carta o correo electrónico

Es lo peor que puede hacer. No se puede dar una noticia semejante, con tal frialdad y falta de consideración.

Afortunadamente, son cada vez menos las empresas que cometen este tipo de errores y es creciente el porcentaje de organizaciones que gestionan las desvinculaciones en forma responsable y respetuosa.

Fuente: Inés Temple, Presidente – CEO de LHH – DBM PERU y LHH Chile.