Marcas que cuentan historias

05 Feb 2019

Por William Peters 

La película Forrest Gump es una de las mejores herramientas que podemos utilizar para entender cuál es el valor que poseen las historias en su relación con las marcas. Al igual que Forrest, muchas veces vamos por ahí dejando nuestra huella profesional sin considerar que estamos construyendo uno de los activos más relevantes de nuestra carrera, por el cual el mercado nos recordará.

Y no todos tenemos la suerte del personaje que interpretó Tom Hanks, que luego de limpiarse el barro que le lanzó un camión en la cara, mientras corría, estampó la silueta de Smile (famosa marca de la época) en una polera. O el desastroso resultado del huracán Carmen, que volvió millonario el negocio en el que había invertido comprando un barco camaronero que hasta entonces sólo había pescado un par de zapatos viejos.

Gracias a ello y a una fortuna que parecía no tener límites, el éxito de Bubba Gump Shrimp Company, Forrest se lo entregó al teniente Dan (con quien había peleado en Vietnam), que casualmente invirtió en una compañía emergente de la época llamada Apple. “Ya no tendremos que preocuparnos del dinero”- le dijo.

En la película, los ejemplos suman y siguen, pero ¿qué historias cuenta tu marca personal?

Pensando en nuestro branding

Al igual que los productos y servicios, nuestros atributos profesionales nos ayudan a diferenciarnos en el mercado. Esa marca, más que describir lo que sabemos hacer, le habla al resto sobre cómo hacemos las cosas.

Tomar conciencia de aquello es el punto de partida de una reflexión que no puede dejar al margen nuestros valores e intereses. Esto, entendiendo que es nuestra decisión dejar que la construcción de percepciones sobre nuestros roles se haga de manera espontánea o como resultado de un ejercicio consciente y planificado.

¿Cómo llevamos a cabo esta tarea?

  1. Reflexionando acerca de nuestros valores, competencias y habilidades para luego pensar en el tipo de compañía ideal para desarrollarlos.
  2. Pidiendo feedback a jefaturas, colegas o equipos a cargo. Muchas veces la autopercepción posee brechas respecto de la opinión que el resto tiene de nosotros. Escuchar atentamente esas conversaciones nos permitirá evaluar con claridad qué atributos (positivos y negativos) posee nuestra marca personal.
  3. Trabajando en las historias que le dan vida a nuestra marca. En una entrevista de trabajo, donde se compite con otros candidatos que poseen las mismas competencias y habilidades, el relato de nuestra experiencia puede ser un tremendo diferenciador. Hoy las compañías buscan definir el calce con la cultura de la organización y nuestras historias son el mejor camino para encontrar ese fit que tanto busca el reclutador.
  4. Las tres anclas de tu mensaje. Nuestra audiencia posee capacidades limitadas para retener información (escasez de tiempo, abundancia de datos y distintos focos estratégicos). Por ello las historias que narramos deben acentuar los tres elementos que buscamos dejar en nuestro público objetivo: qué hacemos en la actualidad, cómo agregamos valor (diferenciador) y cuál es nuestro horizonte profesional (dónde busco llegar).

Hacer de nuestra comunicación un ejercicio eficaz mediante las tres anclas nos permitirá mantener nuestro nombre top of mind entre quienes esperamos destacar.

Pocas personas poseen la fortuna de Forrest. Él representa el relato de un antihéroe que, sin proponérselo, consigue el éxito que la mayoría busca. Sin embargo, esto pareciera no ser relevante para él. De igual forma, su testimonio nos ayuda a entender la importancia que tienen las historias en la construcción de una marca. ¿Eres protagonista de la tuya?.