Conoces las luchas personales de las personas que diriges?
Por Vince Molinaro
Como tantos en todo el mundo, me sorprendió y entristeció profundamente la noticia de la trágica muerte de la icónica diseñadora de modas Kate Spade y del extraordinario chef y viajero Anthony Bourdain. Sus historias una vez más ponen de relieve las luchas de salud mental que enfrentan muchas personas.
Mientras procesaba mi propia tristeza por sus muertes, me acordé de una cita atribuida a Ian Mac Laren: «Se amable, todos los que conoces están librando una dura batalla».
Esta cita me impactó al inicio de mi carrera cuando trabajé como asistente social para una gran organización del sector público. Fue mi primer trabajo a tiempo completo y ayudé a algunas de las personas más necesitadas de la sociedad a rehacer sus vidas.
Estas personas acudían a nosotros para obtener asistencia financiera, acceder a programas de educación y reciclaje, participar en programas de desarrollo profesional u obtener ayuda para encontrar un trabajo.
A medida que conocía a mis clientes y sus historias personales, rápidamente me di cuenta de que cada uno de ellos enfrentaba enormes luchas personales. Algunos provenían de familias pobres que no podían llegar a fin de mes. Otros luchaban con problemas de salud mental. Algunos con adicciones. Otros, principalmente mujeres, mantenían relaciones abusivas e intentaban desesperadamente comenzar una nueva vida por su cuenta. También hubo nuevos inmigrantes que llegaron a Canadá para escapar de la violencia y la persecución en sus países de origen. Tuve días difíciles escuchando sus historias.
Cuando aprendes acerca de la gravedad de los desafíos que enfrentan algunas personas, realmente comienzas a apreciar las bendiciones en tu propia vida. También aprendes que lo que le sucedió a ellos podría pasarle a cualquiera.
Esta misma experiencia se extendió a las siguientes etapas de mi carrera, particularmente cuando comencé a asumir roles de liderazgo. Me di cuenta bastante rápido de que incluso en entornos profesionales, hay mucha gente tratando de superar una gran cantidad de desafíos personales. Sin embargo, si no los buscas, es posible que no estés al tanto de las dificultades personales que experimenta un colega o un reporte directo.
Esto se hizo evidente para mí hace muchos años cuando estaba facilitando un programa de desarrollo de liderazgo de doce semanas. Teníamos alrededor de 40 participantes, y después de cada clase nos reuníamos en el bar del hotel para continuar la conversación sobre el liderazgo. Si bien esto fue opcional, la mayoría de los participantes formaron parte de estos encuentros casuales.
Una compañía había enviado cinco líderes al programa. Uno de ellos, Paul, nunca se quedó después de la clase. Tan pronto terminábamos, él salía corriendo por la puerta. Sus compañeros de trabajo estaban confundidos y no entendían su comportamiento. En nuestra última clase, Paul reveló que su esposa estaba luchando contra el cáncer. No sabía cuánto tiempo tenía con ella, por lo que cada minuto que podía estar a su lado era extremadamente valioso.
Su historia no solo fue impactante para todos nosotros en la clase, si no que se hizo evidente para mí que ninguno de sus colegas sabía la carga que estaba llevando. Al escuchar sus noticias, algunos colegas estaban enfadados porque no había compartido esta información. Todos se preocuparon por Paul y se sintieron impotentes por no tener la oportunidad de apoyarlo mientras lidiaba con la mala salud de su esposa.
Como líderes, debemos saber que, además de las presiones que enfrentamos en el trabajo, también lidiamos con presiones y luchas en nuestra vida personal.
¿En qué medida estás al tanto de lo que tu equipo está experimentando? ¿Cómo respondes si te enteras que alguien está lidiando con una situación difícil? ¿Los apoyas lo mejor que puedes?
Creo que estas son algunas de las preguntas más importantes que debemos hacernos hoy como líderes. Cuando comencé mi carrera, había una división distinta entre la vida laboral y la vida personal. Las dos nunca se cruzaron realmente.
Hoy, es una historia completamente diferente. Ya no contratamos empleados; contratamos personas que traen toda su vida al trabajo. Debes hacer tu parte para garantizar que la cultura de la organización aliente a los líderes a interesarse por las personas a las que dirigen y ayudarlas cuando lo necesitan. Y recuerda ser amable como líder