Apueste por su red de contactos para conseguir empleo
Seis meses. Esta es la cifra mágica que toma en promedio una búsqueda de empleo consciente y bien manejada. Un lapso que aplica para la mayoría de candidatos en niveles profesionales, pero que puede ser más largo para presidentes y vicepresidentes.
Seis meses. Esta es la cifra mágica que toma en promedio una búsqueda de empleo consciente y bien manejada. Un lapso que aplica para la mayoría de candidatos en niveles profesionales, pero que puede ser más largo para presidentes y vicepresidentes.
¿Pero cómo buscar trabajo? De acuerdo con la investigación de Lee Hecht Harrison, a nivel gerencial la red de contactos personales es el método más eficaz al momento de encontrar empleo. Las cifras hablan por sí solas. El uso de la red de contactos tiene el 79 por ciento de efectividad, mientras que el registro de hojas de vida en plataformas virtuales alcanza el 11 por ciento y participar en procesos con ‘head hunters’ solo es efectivo para el 10 por ciento de los casos.
Al profundizar sobre el uso de la red de contactos, más que el número de integrantes, la clave del éxito radica en tres aspectos fundamentales: el primero es lograr conversaciones efectivas para poder contactar con los gerentes de contratación en procesos que sean de interés; el segundo es desarrollar relaciones significativas entre candidato y conocido, donde prime el interés por escuchar y contribuir, antes que saludar y pedir puesto al amigo. En tercer lugar, es vital elaborar un plan de mercadeo personal que sea base para comunicar eficazmente el posicionamiento profesional deseado.
Con estos tres factores en mente, la recomendación es ampliar la red de contactos y abordarla con una estrategia concreta. Para lograrlo, destine tiempo a pensar quiénes pueden conformar ese grupo. Una primera fase es clasificar este listado en tres categorías de contactos: activos, pasivos e inactivos.
Los primeros son los amigos, colegas, familiares y miembros de una organización con quienes ya tiene contacto constante. Los pasivos son aquellos con los que podría estar relacionado, pero nunca ha iniciado una conversación, como los graduados de una misma universidad. Por último están los inactivos, con quienes ha pasado más de un año sin comunicación directa.
El punto de partida para organizar la red es hacer un listado de por lo menos 100 contactos: saque su libreta de direcciones, tarjetas de presentación y direcciones de e-mail y estúdielas. Este es un ejercicio útil porque le hace pensar en las posibilidades de conversar con conocidos sobre los planes de carrera y el tipo de posición que busca.
Si logra hacer una gestión estratégica con su red, usted puede llegar a conversar con 300 personas en un lapso de 3 a 4 meses. La forma de comenzar, por ejemplo, es llamar a un amigo cuyo perfil en LinkedIn indica que trabaja en una de las empresas que usted incluyó en su plan de mercadeo. En este caso, envíele un mensaje con la excusa de tomar un café para conversar, pero más que ir a pedirle trabajo, su objetivo es lograr que lo conecte con un mayor número de personas con las que usted pueda hablar sobre posibles procesos abiertos, aspectos relativos a la industria, la coyuntura que vive el sector y los perfiles que están siendo requeridos en ese tipo de compañías.
Consejo importante: no agobie a sus contactos; generalmente las personas están atendiendo múltiples ocupaciones personales y profesionales, por lo que hay que saber llegar con tacto y siempre escuchar con atención para ofrecer su contribución desinteresada.
Recuerde que buscar empleo es un ejercicio principalmente de comunicación. No siempre se ubica más rápido quien tenga más conocimiento o experiencia, sino quien mejor se presente a sí mismo. En esta línea, para ser efectivo en su búsqueda usted debe conocerse a la perfección, tener claras sus competencias, habilidades e intereses.
Además, es una tarea que requiere compromiso, metodología y disciplina. Según cálculos de LHH, un buen candidato invierte al menos 36 horas a la semana buscando trabajo. Aunque puede ser un momento de la vida duro en el que es difícil desarrollar nuevas rutinas productivas, dedicarle tiempo a nutrir su red de contactos y trazar un plan de mercadeo personal, pueden ser la mejor terapia durante esta época de transición laboral.