El gran experimento de trabajar desde casa: Cómo COVID-19 está acelerando el futuro del trabajo
“Un cambio hacia el trabajo remoto no es sólo un tema de tecnología; también abarca la cultura de las organizaciones y las desafía a ver si pueden o no poner en marcha procesos que permitan a la tecnología apoyar a los empleados y ayudarles a mantenerse conectados y colaborar”
Alex Vincent, Ph.D., SVP, Global Teams Solutions, LHH
La pandemia del COVID-19 está creando el ambiente para que millones de trabajadores de todo el mundo estén a punto de tener su primera experiencia prolongada trabajando desde casa. Es un experimento en el lugar de trabajo que pondrá a prueba la fibra de las relaciones entre los empleados y sus empleadores.
Un aumento repentino del trabajo remoto será difícil de administrar para cualquier organización que no haya permitido previamente que un número significativo de sus empleados trabajen en casa. Además, será un momento donde los gerentes se preguntarán si sus equipos están o no haciendo el trabajo.
Estas preocupaciones son en gran medida infundadas. Numerosos estudios de programas de trabajo remoto muestran que las personas generalmente son más productivas a distancia que en un entorno de oficina. Un estudio de dos años de la Universidad de Stanford sobre trabajadores en una agencia de viajes china, publicado en 2018, encontró que los empleados remotos trabajaban más tiempo y eran más productivos que aquellos que debían venir a la oficina. Además, el estudio encontró disminuciones significativas en el desgaste y los días de enfermedad entre los trabajadores remotos.
Por lo tanto, aunque no tenga que temer un aumento repentino en los acuerdos de trabajo remoto, tanto la organización como los colaboradores pueden experimentar transiciones difíciles en este proceso. Así como algunos empleadores son escépticos sobre el impacto del teletrabajo, también están los empleados individuales ansiosos por dejar el capullo de todo lo que rodea a la oficina.
Un cambio hacia el trabajo remoto no se trata sólo de tecnología; se trata de la cultura de las organizaciones y de si pueden o no poner en marcha procesos que permitan a la tecnología apoyar a los empleados y ayudarles a mantenerse conectados y colaborar. Las redes sociales, las aplicaciones de mensajería, las herramientas de colaboración y las videoconferencias pueden ser eficaces para recrear ese sentido de comunidad que tenemos cuando estamos en la oficina. Pero sólo si las organizaciones se centran en la evolución de su cultura para abrazar la naturaleza cambiante del trabajo.
Estas son algunas cosas que las personas y organizaciones pueden hacer para que la transición al trabajo remoto sea menos estresante y más productiva:
Para la Organización:
Eliminar la ambigüedad; enfatizar funciones y responsabilidades claras. Los empleados que trabajan de forma remota deben tener una comprensión clara de las expectativas de la organización para cada día, semana, mes e incluso año. Con una mayor distancia entre el empleado y el líder, habrá menos interacciones. Sus empleados remotos necesitan saber qué hacer, cuándo hacerlo y cuánto debe hacerse.
No ignoren la cadencia del liderazgo. Cuando necesite que su gente se reúna como equipo en un entorno virtual o remoto, debe establecer una programación para las conexiones regulares. Ya sea todos los días, cada semana o cada dos semanas, necesita mantener un horario firme y regular para las llamadas de equipo o videoconferencias. Una cadencia regular para estos contactos hará que las personas sepan que siguen siendo una parte integral de las operaciones diarias.
Demostrar flexibilidad ante los caprichos del trabajo remoto. ¿Se puede reprogramar esa llamada de equipo de las 8:00hrs para dar tiempo para que sus empleados tengan tiempo de llevar a los niños a la escuela? O, tal vez podrías hacer esa videoconferencia a primera hora de la noche, después de que todos hayan sido alimentados y bañados. Una flexibilidad como esta abrirá un largo camino para ganar la confianza de sus empleados remotos. También significará un aumento en la productividad si ellos saben que no se trata de cuándo trabajan, sino de lo bien que cumplen con sus objetivos individuales.
Para el individuo:
Encuentra tu espacio. No todo el mundo vive en un hogar que permite contar con un espacio de trabajo separado. Las personas que tienen familias numerosas, o que viven en apartamentos, pueden toparse con esta dificultad. Si tiene el espacio, cree una oficina que facilite abrir una zona independiente de otras personas y actividades. Si no tienes un espacio separado, es posible que tengas que pedir a las personas que se mantengan fuera de un espacio compartido durante horas específicas para que pueda hacer su trabajo.
Ponga en marcha reglas firmes sobre cuándo va a trabajar y pídale a su familia que las respete. Incluso con una oficina en casa separada, las intrusiones en su vida laboral son inevitables. Cónyuges o niños haciendo preguntas. Mascotas en busca de atención. Un oficio en casa no puede funcionar a menos que todos respeten el trabajo que se está haciendo y hagan algunos sacrificios para evitar distracciones.
No dejes a tu jefe colgado. Los buenos líderes de equipos remotos se harán un tiempo para mantenerse en contacto. Pero si usted está teniendo problemas con un proyecto, o le cuesta encontrar la forma correcta de hacer las cosas, no es una mala idea enviarle un correo electrónico o WhatsApp a su jefatura y hacerles saber lo que está sucediendo en la oficina de casa.
Hubo una tendencia creciente de acuerdos de trabajo remoto incluso antes de que el COVID-19 lo convirtiera en una realidad ineludible. Para aquellas organizaciones que habían estado considerando un programa de trabajo remoto más completo, la crisis actual servirá como un importante campo de pruebas. Puede haber algún ensayo y error en la medida que los líderes luchen por forjar nuevas relaciones con sus empleados a través de aplicaciones virtuales o remotas. Pero si mantienen una mente abierta y se comunican eficazmente, podría ser el amanecer de una nueva era.