Pausas de café y almuerzos: Claves para un buen liderazgo

Mucho se ha hablado acerca de la relación entre el bienestar personal y la productividad. La importancia que tiene la dieta, el ejercicio y la meditación para el manejo del estrés y el desarrollo de la resiliencia. Todo ello ayuda, pero no es lo único que importa; las relaciones interpersonales son clave para el desarrollo de liderazgo.

14 Dec 2016
Mucho se ha hablado acerca de la relación entre el bienestar personal y la productividad. La importancia que tiene la dieta, el ejercicio y la meditación para el manejo del estrés y el desarrollo de la resiliencia. Todo ello ayuda, pero no es lo único que importa; las relaciones interpersonales son clave para el desarrollo de liderazgo.

Hace poco, en una charla sobre mujeres ejecutivas, alguien del público me preguntó: “Sabemos que relacionarse es importante pero, quién tiene tiempo para ello?”. A lo que respondí: “Las pausas de café y los almuerzos forman parte de tu trabajo. Construir relaciones sólidas también son trabajo de todo líder”.

Hace unas semanas, tuve el placer de pasar tiempo con mis colegas en San Pablo, Brasil. Pude hablar respecto del liderazgo actual con Alexandre Marins, líder experimentado, que ha trabajado con algunas de las empresas más prestigiosas a nivel internacional. Es un experto Coach Ejecutivo y lidera la práctica de Coaching para Lee Hecht Harrison Latinoamérica. Notó que los líderes ponen la mira en los resultados; en el rendimiento. Pero, se olvidan de fomentar las relaciones necesarias para alcanzar ese rendimiento. Resaltó la importancia de la inteligencia emocional, el poder de influencia y el compromiso para poder desarrollar un liderazgo efectivo.

Ninguno de nosotros podría hacer todo solo. Estamos interconectados y dependemos de personas dentro y fuera de la organización. Entonces, por qué los líderes creen que entablar relaciones es “lindo” pero no “necesario”?

 

Típicas situaciones de mal manejo de liderazgo:

  • “Perfil bajo, hagamos el trabajo”Este tipo de líderes se escabullen y sólo involucran a los demás cuando es estrictamente necesario. No suelen asistir a eventos sociales y de hacerlo, prefieren pasar desapercibidos. El problema con este tipo de enfoque e que no generan influencia o compromiso, dan una imagen vaga de sí mismos o de sus equipos y su potencial no es tenido en cuenta.

 

  • “El fin justifica los medios”, lograr resultados a toda costa. Esta clase de líderes no tienen miramientos si hay que pasar por encima de los demás con tal de lograr sus objetivos. Se los conoce por infundir miedo, en lugar de respeto; generar frustración, ira y resentimiento. Con el tiempo, pierden poder porque sus logros son opacados por la forma en la que fueron obtenidos.

Un liderazgo efectivo requiere un fuerte desarrollo de las relaciones interpersonales, hecho que no ocurría en el pasado. Conectarse con colegas, hacer reportes diarios, conducir motivando equipos, mantener conversaciones en todos los niveles; son aspectos fundamentales para la consecución de metas, la agilidad y el compromiso, especialmente si la organización enfrenta etapas de cambios.

Después de todo, es inherente al ser humano plantearse metas. Cómo alcanzarlas es lo que nos define como tales pero, parece que, en la vorágine actual, se nos olvidara cómo ser humanos.

Aprovechar una pausa de 15 minutos para tomar un café y preguntarle a un colega por su familia, puede que logre que las conversaciones subsiguientes sean más sencillas. O quizás, mostrarnos comprensivos ante las presiones que sufre otro, puede ayudarnos a entablar un vínculo que nos beneficie mutuamente. Olvidamos que compartir una comida para hablar de las preocupaciones profesionales y personales de otro, puede fomentar la colaboración y la empatía, herramientas sumamente útiles para el trabajo en equipo. Conocer al otro, sus habilidades y destrezas no sólo nos permite comprenderlo sino que aporta información valiosa a la hora de distribuir talento, desarrollar potencial o formar equipos.

Crear relaciones sinceras no es opcional. No es algo que se deja para otro momento. De hecho, tomar un café o compartir un almuerzo, puede marcar la diferencia entre el éxito o fracaso.

 

Así que:  ¡Vé, toma una taza y relaciónate! Es una oportunidad que no puedes dejar pasar.

 

 

Fuente: Tammy Heermann. Vice Presidente Senior, Soluciones Estratégicas Lee Hecht Harrison R.U. 

 

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