¿Son buenos comunicadores nuestros líderes?
Por William Peters
Los roles de liderazgo en las organizaciones actuales están sometidos a una enorme presión. Los procesos transformacionales que se encuentran viviendo gran parte de las compañías a nivel global, comenzaron con la disrupción tecnológica, pero rápidamente han generado un impacto en la manera en que las organizaciones están haciendo las cosas en todos sus equipos.
En este contexto, se les pide a los líderes que sean hábiles en relevar las habilidades fundacionales del negocio (lo que veníamos haciendo) para garantizar resultados, pero, además, que inviten a sus equipos a soñar y viajar hacia el futuro, sin tener claridad sobre cuáles serán las características de ese futuro.
Como puede observarse en el estudio de las 21 competencias más requeridas por los reclutadores en tres niveles de management (frontline, mid-management y senior executives) “Great expectations: today the leader´s need to be good. At everithing”, de Lee Hecht Harrison (LHH), las organizaciones valoran en los primeros lugares: comportamiento ético, recompensa ética, habilidades comunicacionales, trabajo en equipo / colaboración y accountability.
¿Cuáles de esas competencias son abordadas de manera central (y no complementaria) en las escuelas de negocios? Esta pregunta posee gran relevancia para poder entender si nuestros líderes son o no grandes comunicadores y da cuenta de las nuevas habilidades que los ejecutivos deben desarrollar actualmente en sus carreras.
Presentar sin PPTs
Pese a que el uso del storytelling comenzó a llegar a las culturas de las compañías chilenas hace más de diez años, el avance de la tecnología, el cambio en el tipo de liderazgo y la irrupción de nuevos emprendedores con una visión más amplia de los negocios, han incrementado su peso en la comunicación organizacional.
Garmin Gallo, instructor de Harvard y coach en comunicaciones para líderes escribió en el portal Inc.com un artículo llamado “Jeff Bezos eliminó el uso del Power Point en las reuniones. La manera en que lo reemplazó es brillante”.
Y si el líder de Amazon eliminó las PPTs de las reuniones con sus ejecutivos, reemplazándolas por la lectura previa de un pequeño ensayo, lo lógico es indagar en la razón que motivó ese cambio: las personas no recuerdan la información expuesta en los bullets points, no se conectan con ella y si lo hacen, es por medio de la interpretación.
Cuando alguien relata lo que está enumerado en una PPT, inconscientemente se encuentra renunciando a la efectividad de su comunicación porque está apelando a la mínima atención viable que dispone su audiencia. Es decir, a lo que mañana ellos creerán haber entendido de la presentación.
En este punto no se busca enjuiciar el Power Point como formato, sino a la ausencia de un relato en la información expuesta. Incluso de manera gráfica, esto es posible de realizar emulando el cuadro a cuadro de una película.
La técnica de Bezos -de hecho- apela a que sus ejecutivos se comuniquen a través de la narración. Como para llevar a cabo esta tarea deben ensayar sus ideas en un documento de no más de 3 a 5 páginas, el resultado es un relato que, consciente o inconscientemente, cuenta con introducción, desarrollo, climax y conclusiones. En otras palabras, es una historia.
Los buenos comunicadores cuentan historias
Bajo el supuesto que no existen líderes que sean malos comunicadores, es posible afirmar que tampoco existen buenos comunicadores que no cuenten historias. La razón se encuentra en nuestro cerebro.
En su artículo “The science behing the art of storytelling” de Harvard Business Review, Lani Paterson muestra cómo al enfrentarse a bullets de información en una presentación, las zonas Broca y Wernicke del cerebro unen esos puntos para crear una historia. ¿Cuál es el problema? Esa historia puede no ser la que deseamos. En palabras simples, la información parcelada e incompleta es completada por el interlocutor.
Esto hace que la comunicación pierda efectividad y también aclara un fenómeno muy cotidiano en el día a día de los líderes: “les expliqué los 3 puntos al equipo y ellos entendieron otra cosa”.
La ausencia de contexto es una falla muy habitual en las comunicaciones organizacionales y tiene que ver precisamente con el tipo de comprensión que subyace a este fenómeno. Generación tras generación hemos aprendido a través de historias (cuentos, mitos, leyendas, experiencias de otros) y nuestro cerebro decodifica la información de manera más efectiva en este formato.
No es casual que la mayoría de las características culturales que poseen las comunidades de personas, estén retratadas en historias. Tampoco es casual que ante la creciente demanda de líderes que puedan comunicar de manera efectiva en las organizaciones, la utilización del storytelling esté adquiriendo cada vez mayor relevancia.
¿Son nuestros líderes buenos comunicadores? La respuesta a esta pregunta se encuentra normalmente en los equipos y los distintos grupos de interés que interactúan con el líder. Si es negativa, revisar el valor de nuestras historias puede proporcionar un buen comienzo para mejorar este aspecto de nuestra vida profesional y hacer de esta habilidad un elemento distintivo en nuestra marca personal.