Team performance: cómo llevar lo bueno más allá
Por Alex Vincent, Senior Vice President at Lee Hecht Harrison
Un vicepresidente senior de una gran compañía de servicios financieros nos solicitó una reunión para hablar acerca de su preocupación sobre uno de sus equipos.
Por lo general, así es como comienzan las cosas: un ejecutivo nos pide que ayudemos a arreglar un equipo promedio o inferior al promedio para volver a llevarlo al camino correcto.
Excepto esta vez, que no se trataba de un equipo disfuncional. Este SVP quería saber si podría trabajar con su mejor equipo para mejorarlo aún más. Al principio, no estaba seguro de cómo responder. Continuó explicándonos que este grupo en particular logra regularmente el 100% de sus objetivos en base a resultados mensurables y que ha estado en este nivel durante mucho tiempo.
El SVP me preguntó sin rodeos: «¿Crees que puedan hacerlo mejor?» Fue una pregunta fascinante. Centramos la mayor parte de nuestro trabajo en ayudar a los equipos promedio a mejorar. O bien, se nos pide nuestra opinión sobre si un equipo totalmente disfuncional debe ser salvado o destruido. ¿Pero llevar a un equipo de bueno a genial? Eso fue diferente, y estimulante.
Tomamos el desafío. Nos lanzamos de cabeza al trabajo entrevistando a los miembros del equipo y diseccionando sus dinámicas de trabajo. Usamos las mismas herramientas y enfoques que usaríamos con un grupo al que le faltaban sus objetivos. Increíblemente, algunos problemas interesantes comenzaron a surgir.
Los miembros claramente habían comenzado a dar por sentado su éxito. Cuando se daban cuenta que estaban cerca de alcanzar sus objetivos, y sus bonos estaban seguros, comenzaban a soltar el acelerador. Era casi como si se hubieran vuelto complacientes de ser buenos, tanto que nunca consideraron llegar a ser excepcionales.
Trabajamos estrechamente con ellos para encontrar ese esfuerzo adicional, y los resultados fueron extraordinarios. Al año de haber trabajado juntos lograron el 135% de sus objetivos mensurables.
Ya no quedaba ninguna duda en mi mente: buenos equipos, incluso grandes equipos, pueden volverse excepcionales con la ayuda adecuada.
Esta anécdota siempre ha sido un recordatorio importante para mí sobre la importancia de nuestro trabajo para mejorar el rendimiento del equipo.
Los equipos son la columna vertebral de la mayoría de las empresas, y la mayoría de ellas atraviesan actualmente por un período extremadamente difícil de interrupción y cambio. Basta con mirar el panorama empresarial actual: el inicio de la disrupción sísmica de la tecnología digital, intensificar la competencia global, barrido de cambios demográficos, aumento de las presiones regulatorias e incertidumbre política y económica.
Nuestros conceptos tradicionales de trabajo y estructura organizativa están siendo reformados de manera profunda. Como respuesta, las organizaciones se están transformando, tanto en la forma en que hacen las cosas como, a veces, adoptando modelos comerciales completamente nuevos. Y en muchos casos, esas organizaciones dependen de equipos para ayudar a planificar y ejecutar iniciativas de transformación críticas.
Bajo nivel de satisfacción con el rendimiento del equipo
Para obtener una mayor comprensión del estado actual de los equipos, LHH se asoció con el Human Capital Institute (HCI) para encuestar a más de 250 profesionales, desde colaboradores individuales hasta ejecutivos de alto nivel en organizaciones medianas y grandes en toda América del Norte.
Los resultados de la encuesta confirmaron que la mayoría de las organizaciones (92%) creía que los equipos de alto rendimiento eran esenciales para el éxito de la organización. Sin embargo, solo el 23% estaba satisfecho con el rendimiento de sus equipos actuales. ¿Cómo surgió esta brecha entre las expectativas y el rendimiento?
Un examen más profundo revela que la naturaleza misma de los equipos ha cambiado drásticamente.